¿Tu gato tiene hipertensión? Aprende a detectar los síntomas
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Conclusiones clave
- La hipertensión felina puede desarrollarse de forma silenciosa y sin síntomas visibles en sus etapas iniciales.
- Los signos más comunes incluyen pérdida de visión, cambios de comportamiento, convulsiones y daño renal progresivo.
- Una detección temprana y un control adecuado son clave para evitar complicaciones graves.
¿Qué es la hipertensión felina?
La hipertensión felina es una condición médica caracterizada por una presión arterial elevada en los gatos. Al igual que en humanos, puede ocasionar daños severos en órganos vitales si no se detecta y trata a tiempo.
Esta enfermedad afecta principalmente a gatos mayores de 7 años, aunque también puede desarrollarse en animales jóvenes con trastornos subyacentes como enfermedad renal crónica o hipertiroidismo.
Se considera que un gato tiene hipertensión cuando su presión arterial sistólica supera los 160 mm Hg en múltiples evaluaciones.
Síntomas más comunes de hipertensión en gatos
Uno de los grandes desafíos de la hipertensión felina es que puede no presentar síntomas en las primeras fases. Por eso es tan importante saber qué señales observar, especialmente en gatos mayores o con enfermedades crónicas:
Pérdida de visión o cambios oculares
- Pupilas dilatadas o asimétricas, que no responden a la luz.
- Hemorragias en el ojo o aparición de zonas opacas.
- Desprendimiento de retina, que puede causar ceguera súbita.
Trastornos neurológicos
- Desorientación o confusión repentina.
- Temblores, convulsiones o movimientos anómalos.
- Alteraciones en el equilibrio o dificultad para caminar.
Cambios de comportamiento
- Mayor irritabilidad o agresividad.
- Aislamiento, disminución de la actividad o apatía.
- Reacciones inusuales frente al entorno o a personas conocidas.
Señales renales o cardiovasculares
- Aumento excesivo de la sed y de la micción.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Taquicardia o soplos cardíacos detectables en consulta veterinaria.
Ante cualquiera de estos signos, se recomienda una evaluación profesional inmediata. Un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia.
Causas de la hipertensión en gatos
La hipertensión en gatos puede aparecer como una enfermedad primaria o como consecuencia de otra patología. Algunas de las causas más comunes son:
Hipertensión primaria (idiopática)
Se produce sin una causa evidente, y suele detectarse en gatos mayores. Representa entre el 13% y el 20% de los casos según diversos estudios.
Hipertensión secundaria
- Enfermedad renal crónica (ERC): Los riñones dañados pierden la capacidad de regular la presión arterial.
- Hipertiroidismo: Una glándula tiroides hiperactiva acelera el metabolismo, elevando también la presión arterial.
- Diabetes mellitus: Su mal control puede afectar vasos sanguíneos y órganos como el corazón y los riñones.
- Tumores de glándulas suprarrenales: Pueden elevar los niveles de hormonas como la adrenalina, generando hipertensión.
¿Cómo se diagnostica la hipertensión felina?
Medir la presión arterial de un gato no es una tarea sencilla, ya que requiere condiciones específicas y experiencia profesional para evitar resultados falsos debidos a estrés o movimiento. El diagnóstico se establece mediante:
Evaluación veterinaria
- Uso de un esfigmomanómetro adaptado a pacientes pequeños.
- Mediciones repetidas en un ambiente tranquilo (al menos tres con un margen de minutos entre ellas).
- Evaluación ocular con oftalmoscopio para detectar hemorragias o desprendimientos de retina.
Pruebas complementarias
- Análisis de sangre y orina para evaluar función renal, tiroidea o detectar enfermedades sistémicas.
La hipertensión felina es una enfermedad manejable, pero requiere control y seguimiento regular.
Tratamiento y control de la hipertensión felina
Una vez diagnosticada, el tratamiento de la hipertensión en gatos se centra en reducir y estabilizar la presión arterial, pero también en tratar la causa subyacente si la hubiera.
Tratamiento farmacológico
- Los medicamentos más comúnmente utilizados incluyen amlodipino, un bloqueador de los canales de calcio.
- En algunos casos se combinan con otros fármacos antihipertensivos según la evolución del paciente.
Control de enfermedades secundarias
- En patologías renales, se incorporan dietas específicas y medicación adaptada.
- Si existe hipertiroidismo, puede requerirse medicación antitiroidea o incluso cirugía.
Monitoreo frecuente
- La presión debe controlarse regularmente, sobre todo al inicio del tratamiento, con visitas periódicas.
- Es fundamental seguir todas las indicaciones del veterinario, sin suspender el tratamiento sin supervisión.
Prevención y cuidados adicionales
Aunque no siempre puede prevenirse, el riesgo y los efectos de la hipertensión pueden minimizarse si se actúa con anticipación.
Chequeos veterinarios regulares
- En gatos mayores de siete años, se recomienda una revisión completa cada 6 o 12 meses.
- Controlar la presión arterial forma parte del chequeo geriátrico ideal para felinos.
Control de enfermedades preexistentes
- Un manejo adecuado de la enfermedad renal, diabetes o hipertiroidismo reduce el riesgo de complicaciones como la hipertensión arterial.
Ambiente tranquilo y enriquecido
- Reducir el estrés mejora la salud cardiovascular general del gato.
- Incorpora rascadores, zonas altas y rutinas positivas para mantenerlo mentalmente activo y estable.
Atención personalizada en casa
- Observa pequeñas señales de alerta: cambios de comportamiento, visión, apetito o movilidad.
- Mejor prevenir con una evaluación profesional que lamentar con un diagnóstico tardío.
Preguntas frecuentes
- ¿Qué edad tienen los gatos con mayor riesgo de hipertensión?
- Los gatos mayores de 7 años son los más propensos a desarrollar hipertensión felina.
- ¿La hipertensión felina tiene cura?
- No tiene cura definitiva, pero puede controlarse eficazmente con tratamientos adecuados y seguimiento veterinario.
- ¿La presión alta en un gato puede causar ceguera?
- Sí, uno de los efectos más graves es el desprendimiento de retina, que provoca pérdida de visión inmediata si no se actúa con rapidez.