Estudios veterinarios para detectar cáncer: todo lo que necesitas saber
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Conclusiones clave
- El diagnóstico precoz del cáncer en mascotas aumenta significativamente las posibilidades de tratamiento efectivo.
- Los veterinarios utilizan métodos como análisis de sangre, biopsias, radiografías, ecografías o resonancias para detectar signos de cáncer.
- Cada técnica diagnóstica tiene sus indicaciones específicas dependiendo del tipo de cáncer y la especie del animal.
- Un diagnóstico completo suele requerir la combinación de varias pruebas y la interpretación por parte de un profesional especializado.
- Consultar con un veterinario cuanto antes es clave si se sospechan síntomas compatibles con tumores o masas anómalas.
¿Por qué es importante detectar el cáncer en mascotas?
El cáncer es una de las principales causas de muerte en perros y gatos mayores. Sin embargo, muchos tipos de cáncer pueden tratarse o manejarse con éxito si se detectan a tiempo. La detección temprana mejora el pronóstico, reduce el coste de los tratamientos e incrementa la calidad de vida de los animales afectados.
Además, el avance en las técnicas diagnósticas y terapéuticas ha permitido que cada vez más mascotas superen o vivan muchos años con cáncer controlado.
Síntomas de cáncer en perros y gatos
Los signos de cáncer en animales pueden ser sutiles o evidentes, dependiendo del tipo y la localización del tumor. Algunos síntomas frecuentes incluyen:
- Bultos o masas que crecen con el tiempo
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Fatiga o falta de energía
- Dificultades al comer o tragar
- Cojeras, dolor óseo o inflamaciones
- Heridas que no cicatrizan
- Hemorragias inexplicables
- Cambios en el comportamiento o en el apetito
- Problemas respiratorios o digestivos
Ante cualquiera de estos signos, se recomienda una visita inmediata al veterinario para iniciar una evaluación diagnóstica.
Estudios veterinarios para detectar cáncer
Los veterinarios cuentan con una amplia variedad de pruebas para detectar cáncer en mascotas. A continuación, explicamos las más utilizadas:
Análisis de sangre
Permiten detectar señales indirectas de cáncer, como anemia, alteraciones hepáticas, desbalances en glóbulos blancos o presencia de marcadores tumorales (en ciertos casos específicos).
Citología por aspiración con aguja fina
Consiste en extraer células de un bulto con una aguja muy fina para observarlas al microscopio. Es una prueba rápida, poco invasiva y muy útil para orientar el diagnóstico inicial.
Biopsia
Implica tomar una porción de tejido afectado para su estudio histopatológico. Proporciona un diagnóstico definitivo y permite conocer el tipo exacto de tumor y su grado de agresividad.
Radiografías
Fundamentales para visualizar tumores óseos, metástasis pulmonares u obstrucciones internas. Son rápidas, asequibles y no invasivas.
Ecografía abdominal
Muestra estructuras internas y permite detectar tumores en órganos como el hígado, bazo, riñones o vejiga. Puede combinarse con punción guiada para realizar biopsias.
Resonancia magnética (RM) y tomografía computarizada (TC)
Proporcionan imágenes más detalladas del interior del cuerpo. Son especialmente útiles en tumores del cerebro, columna o zonas de difícil acceso. Aunque menos comunes, algunos centros veterinarios especializados las ofrecen en España.
Endoscopias
Introducen una cámara a través de cavidades naturales (nariz, boca, ano, etc.) para observar el interior y tomar muestras si es necesario. Especialmente útil en cánceres digestivos o respiratorios.
¿Cómo se elige la prueba diagnóstica adecuada?
No todas las pruebas se aplican en todos los casos. El veterinario selecciona las más adecuadas en función de:
- La especie (perro, gato u otra)
- La localización de la masa o síntoma
- El historial clínico del animal
- La edad y estado general de salud de la mascota
Es común que se combinen varios métodos para llegar a un diagnóstico preciso y fiable, comenzando por los menos invasivos.
Diagnóstico diferencial y confirmación
Antes de confirmar un cáncer, es importante descartar otras patologías que pueden causar síntomas similares: abscesos, infecciones, inflamaciones o quistes. Esto se llama diagnóstico diferencial.
La biopsia es generalmente la prueba más concluyente. Con sus resultados, el veterinario puede clasificar el tumor (benigno o maligno) y conocer su origen (epitelial, mesenquimal, hematopoyético, etc.).
Cuando se confirma un cáncer, es habitual realizar pruebas complementarias para calcular su extensión (estadificación), como radiografías torácicas, ecografías o análisis de ganglios linfáticos.
Si detectas bultos o síntomas persistentes, siempre es recomendable una consulta. Descubre qué es la consulta prequirúrgica y por qué es tan importante en estos casos.
Apoyo y opciones de tratamiento
Dependiendo del tipo de cáncer, su localización y el estado general del animal, el veterinario recomendará una o varias de estas opciones de tratamiento:
- Cirugía para extirpar el tumor (si es operable)
- Quimioterapia (medicación oral o intravenosa)
- Radioterapia (poco común en España, pero disponible en centros especializados)
- Cuidado paliativo para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida
Un abordaje multi-estratégico suele ser necesario y valorado por un equipo de profesionales, incluyendo veterinarios generales, oncólogos y anestesistas.
Prevención y detección temprana
Si bien no siempre es posible prevenir el cáncer en animales, sí podemos reducir riesgos y detectar cualquier problema lo antes posible.
Consejos de prevención
- Alimentación equilibrada, control del peso y ejercicio regular
- Evitar exposición prolongada al sol, sobre todo en razas de piel clara
- Esterilización temprana en animales con alto riesgo de tumores mamarios o testiculares
- Evitar el contacto con sustancias tóxicas (productos de limpieza, pesticidas, humo de cigarrillo)
Detección temprana
- Revisiones veterinarias periódicas, al menos una vez al año
- Exploración regular en casa: tocar su cuerpo en busca de bultos o cambios
- Análisis de sangre rutinarios a partir de los 6-7 años
En esta guía sobre infecciones de oído en perros se destaca la importancia de conocer signos clínicos sutiles que pueden indicar problemas mayores. La lógica es la misma en oncología: cuanto antes se actúe, mejor.