Cómo detectar una hernia en tu mascota

Cómo detectar una hernia en tu mascota

Tiempo estimado de lectura: 13 minutos

Conclusiones clave

  • Las hernias en mascotas pueden aparecer en diversas zonas del cuerpo y no siempre son visibles a simple vista.
  • Los síntomas varían según el tipo de hernia, pero incluyen bultos, dolor, dificultad para moverse o respirar, y cambios en el comportamiento.
  • La detección precoz y un diagnóstico veterinario son fundamentales para evitar complicaciones graves.

¿Qué es una hernia en mascotas?

Una hernia en mascotas es la protrusión de un órgano o tejido a través de una abertura anormal en una parte del cuerpo. Esta puede deberse a un defecto congénito, un traumatismo, debilidad muscular o una cirugía previa.

Dependiendo de la localización y del contenido herniado, el problema puede variar desde algo leve y estético hasta una urgencia médica que pone en riesgo la vida de tu animal.

Tipos de hernias más comunes

Existen varios tipos de hernias, y cada uno requiere un abordaje distinto. Estos son los más habituales en perros y gatos:

Hernia umbilical

  • Es la más frecuente en cachorros.
  • Se presenta como un pequeño bulto blando en la zona del ombligo.
  • Suele ser congénita y, en muchos casos, asintomática.

Hernia inguinal

  • Aparece en la ingle, más común en hembras no esterilizadas.
  • Pueden contener grasa, intestino o vejiga, y volverse potencialmente peligrosas.

Hernia perineal

  • Se da cerca del ano, especialmente en perros machos mayores no castrados.
  • Puede provocar dificultad para defecar, dolor y estreñimiento.

Hernia diafragmática

  • Ocurre cuando los órganos abdominales se desplazan hacia el tórax por una ruptura en el diafragma.
  • Es grave y suele aparecer tras traumatismos.
  • Provoca dificultad respiratoria, taquicardia y apatía.

Hernia escrotal

  • Se da cuando el contenido abdominal entra por el canal inguinal hacia el escroto.
  • Necesita valoración inmediata para evitar torsión intestinal o necrosis.

Síntomas para detectar una hernia en tu mascota

Identificar a tiempo una hernia puede marcar la diferencia. Estos son los signos más frecuentes a los que debes prestar atención:

  • Aparición de bultos blandos en la zona del abdomen, ingle o espalda baja.
  • Dificultad para caminar o moverse si la hernia interfiere con músculos o nervios.
  • Estreñimiento, vómitos o síntomas digestivos en caso de hernia intestinal.
  • Problemas respiratorios en hernias torácicas o diafragmáticas.
  • Dolor al tocar determinada zona.
  • Letargo, inapetencia o cambios de comportamiento.

En ciertos casos, como las hernias encarceladas o estranguladas, los síntomas aparecen de manera repentina y con gran intensidad, lo que requiere atención veterinaria inmediata.

Causas más frecuentes

Las hernias pueden originarse por múltiples motivos, y en muchos casos, no es posible prevenirlas sin una vigilancia activa. Las causas más comunes son:

  • Factores congénitos: Animales que nacen con debilidades musculares o aperturas naturales que no cerraron correctamente.
  • Traumatismos: Golpes, caídas o atropellos pueden desencadenar hernias internas, especialmente diafragmáticas.
  • Esfuerzos intensos: Parto, vómitos recurrentes, tos crónica o lucha física.
  • Intervenciones quirúrgicas: Algunas hernias pueden aparecer después de una cirugía si los músculos no cicatrizan bien.
  • Problemas hormonales: El debilitamiento de tejidos con la edad o ciertas enfermedades favorece su aparición.

¿Cómo se diagnostica una hernia en mascotas?

Cuando se sospecha de una hernia, el primer paso siempre es acudir al veterinario. El diagnóstico incluye:

  • Examen físico: Palpación para detectar bultos o anomalías externas.
  • Radiografías abdominales o torácicas: Muy útiles para evidenciar el desplazamiento de órganos.
  • Ecografías: Permiten ver el contenido de la hernia y su gravedad.
  • Estudios complementarios: En hernias diafragmáticas o graves, se pueden requerir TAC o análisis sanguíneos.

Gracias a estos métodos, el profesional podrá determinar si la hernia puede esperar, requiere cirugía inmediata o si está comprometido algún órgano.

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Riesgos de no tratar una hernia a tiempo

Ignorar una hernia puede desembocar en complicaciones serias. Estas son las consecuencias más frecuentes:

  • Estrangulamiento del órgano herniado, lo cual interrumpe el flujo sanguíneo y puede generar necrosis (muerte de tejido).
  • Dolor e inflamación crónicos que afectan al bienestar general de la mascota.
  • Obstrucción intestinal en casos de hernia abdominal.
  • Problemas respiratorios graves si hay desplazamiento de órganos hacia el tórax.
  • Mayor riesgo de infecciones internas si hay perforación o torsión de órganos.

Ante cualquier sospecha, la actuación rápida evita sufrimiento y reduce la necesidad de tratamientos más invasivos.

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Tratamiento de las hernias en mascotas

El tratamiento depende del tipo y de la gravedad. En general, hay dos enfoques posibles:

1. Supervisión veterinaria

  • En hernias pequeñas, blandas y sin síntomas, se puede optar por observación periódica y controles veterinarios.

2. Tratamiento quirúrgico

  • Consiste en recolocar los órganos en su sitio, cerrar la abertura muscular y evitar futuras protrusiones.
  • En algunos casos graves, la cirugía es urgente para salvar la vida del animal.

El postoperatorio requiere reposo, protección de la herida y seguimiento profesional.

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Prevención y detección temprana

Algunas hernias no pueden evitarse, pero sí detectarse antes de que causen daños mayores. Aquí van algunos consejos:

  • Haz revisiones veterinarias periódicas, especialmente en cachorros y animales mayores.
  • Evita el sobrepeso, ya que incrementa la presión abdominal.
  • No permitas esfuerzos excesivos tras una operación o en animales con debilidades previas.
  • Observa cambios físicos y de comportamiento en tu mascota, sobre todo después de traumatismos.

“La prevención y el diagnóstico precoz son claves para que una hernia no se convierta en un riesgo vital para tu mascota.”

Preguntas frecuentes

¿Es normal que mi cachorro tenga un bultito en el ombligo?
Podría tratarse de una hernia umbilical. Es común y en algunos casos se resuelve sola, pero necesita revisión veterinaria.
¿Cómo sé si una hernia es grave?
Si hay dolor, cambio de color en la piel, fiebre, vómitos o dificultad para moverse, acude de inmediato al veterinario.
¿Se puede prevenir una hernia?
No siempre, pero un seguimiento veterinario regular y evitar factores de riesgo ayuda a detectarlas a tiempo.
¿Las hernias en gatos son iguales a las de los perros?
Los tipos son similares, aunque algunas como la perineal son más frecuentes en perros. El tratamiento y diagnóstico siguen criterios comunes.

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