Cómo evaluar el dolor en animales en la clínica veterinaria
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Conclusiones clave
- El dolor en animales no siempre es evidente, por lo que su evaluación en clínica requiere herramientas y conocimientos específicos.
- Veterinarios utilizan escalas de dolor adaptadas, observación del comportamiento y exploración física para identificar signos de malestar.
- El tratamiento precoz y adecuado del dolor mejora la recuperación, previene complicaciones y mejora la calidad de vida del animal.
- Whopaws cuenta con veterinarios capacitados para evaluar el dolor de forma presencial, por videollamada o en urgencias 24h.
¿Por qué es importante evaluar el dolor en animales?
El dolor no tratado en los animales puede influir negativamente sobre su bienestar, ralentizar procesos de curación e incluso agravar enfermedades. Al igual que en los humanos, un diagnóstico temprano y una buena evaluación del dolor son claves para iniciar un tratamiento adecuado.
Además, el dolor puede ser agudo (por cirugía, traumatismos o enfermedades súbitas) o crónico (como en casos de artrosis, cáncer o patologías dermatológicas persistentes), y cada tipo necesita un enfoque diferenciado.
Dificultades para detectar el dolor en los animales
Una de las mayores barreras en medicina veterinaria es que los animales no pueden expresar verbalmente si sienten dolor. Mucho del trabajo clínico consiste en reconocer cambios sutiles en el comportamiento, lenguaje corporal o fisiología.
Además, muchas especies ocultan el dolor como mecanismo evolutivo para no parecer vulnerables ante depredadores. Esto complica su identificación y pone aún más énfasis en la necesidad de una observación clínica precisa y constante.
Métodos de evaluación del dolor en la clínica veterinaria
Los veterinarios emplean diferentes métodos para evaluar el dolor. La combinación de varias herramientas es fundamental para obtener una visión global del estado del animal:
1. Observación del comportamiento
- Posturas anómalas (encorvado, extremidades rígidas, evitación del movimiento).
- Vocalizaciones (quejidos, gemidos, maullidos inusuales).
- Cambios en el apetito, sueño o interacción con personas u otros animales.
- Lamerse o morderse una zona específica del cuerpo.
2. Exploración física
Durante el examen clínico, el veterinario palpa zonas del cuerpo en busca de señales de dolor o inflamación. Puede observar cómo reacciona el animal ante la presión, si hay espasmos musculares, tensión o respuesta de evitación.
3. Parámetros fisiológicos
- Frecuencia cardiaca y respiratoria elevadas.
- Presión arterial.
- Dilatación pupilar.
- Aumento de glucosa en sangre debido al estrés.
4. Uso de escalas validadas
Existen escalas específicamente diseñadas para medir el dolor en diferentes especies. Estas escalas combinan observación y puntuaciones para determinar la intensidad del malestar del animal.
Escalas de dolor más utilizadas en veterinaria
Las escalas de evaluación estandarizadas permiten a los veterinarios identificar el nivel de dolor y adaptar el tratamiento según la gravedad. Algunas de las más comunes son:
Escala de Glasgow para perros
Evalúa parámetros como expresión facial, vocalización, movilidad, respuesta a la palpación y comportamiento general. Es una de las más completas y ampliamente utilizadas en perros hospitalizados.
Escala de dolor IVAP para gatos
Considera la posición del cuerpo, respuesta a la manipulación, apetito y comportamiento. Ofrece una puntuación que puede indicar si el animal necesita o no intervención analgésica.
Escalas específicas por especie
Existen escalas adaptadas para especies exóticas o poco expresivas, como conejos o reptiles, que valoran parámetros fisiológicos y comportamentales. Aunque menos frecuentes, son fundamentales en clínicas con este tipo de pacientes.
Un recurso educativo útil sobre escalas de dolor en animales está disponible en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Cómo reaccionan los diferentes animales al dolor
Cada especie tiene su forma particular de manifestar el dolor. A continuación, repasamos las reacciones más comunes observadas en la clínica veterinaria:
Perros
- Se muestran apáticos o retraídos.
- Pueden cojear, gemir o evitar el contacto físico.
- Algunos esconden su dolor y siguen su rutina, dificultando su detección.
Gatos
- Disminuyen su actividad y se ocultan más de lo normal.
- Pueden volverse agresivos o inusualmente pasivos.
- Los cambios en la higiene (dejar de acicalarse) o en el uso del arenero son señales relevantes.
- Más información en nuestro artículo sobre gatos que orinan fuera del arenero.
- También puede haber signos como rascado excesivo en las orejas.
Conejos, pájaros y reptiles
- Suelen ocultar muy bien los signos de dolor.
- La disminución de la actividad y del apetito, junto con cambios posturales, son claves para detectarlo.
- En algunos casos hay que realizar pruebas complementarias para obtener un diagnóstico claro. Consulta esta guía sobre pruebas veterinarias.
Tratamiento del dolor tras su evaluación
Una vez identificado el dolor, el tratamiento debe ser personalizado en función del tipo de animal, intensidad del dolor y causa subyacente. Algunas opciones terapéuticas incluyen:
- Fármacos analgésicos: como AINEs o opioides bajo prescripción veterinaria.
- Terapias físicas: masajes, acupuntura o fisioterapia especializada.
- Manejo ambiental: adaptar el entorno al confort del animal (camas ortopédicas, ausencia de escaleras, calefacción moderada).
- Cirugía u otros tratamientos: cuando el origen del dolor es estructural o interno, como en caso de hernias (ver cómo detectar una hernia en tu mascota).
En algunos casos, el dolor intenso puede requerir hospitalización o seguimiento médico frecuente a través de consultas regulares o telemedicina.
¿Cuándo consultar con un veterinario?
Siempre que detectes un cambio de comportamiento, movilidad, vocalización o expresión facial, es recomendable consultar con un profesional. Si el animal ha sufrido un accidente, tiene una herida o parece decaído, no esperes a que los signos sean más graves.
También en casos de enfermedades preexistentes (como artrosis o cáncer), es recomendable monitorizar periódicamente el nivel de dolor y adaptar el tratamiento si es necesario.
Si aparece irritación, picor o lamido compulsivo, puede tratarse también de dolor cutáneo. Consulta este artículo sobre cuándo acudir al veterinario si tu perro se rasca mucho.
Ante quemaduras accidentales, recomendamos esta guía completa de tratamiento de quemaduras.