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Que puede pasar si el gato come las croquetas del perro

Al ser un carnívoro estricto, el gato podría sufrir carencias nutricionales muy graves si comiera habitualmente comida no estudiada para él. Veamos el por qué tu gato no puede comer comida de perro, cuáles serían las consecuencias, qué hacer si esto ocurre y cómo evitar que lo haga.

Gato común europeo comiendo las croquetas del perro

La comida barata al final te sale más cara

Aunque a veces resulte más fácil y también más barato, no conviene dar habitualmente comida para perros a nuestro gato. En general, la comida para gatos es más sabrosa que la comida para perros. Además, los gatos son “seres superiores” y es difícil que se equivoquen o coman por error comida para perros, precisamente porque les sabe menos sabrosa. Pero si por alguna razón el gato no tiene acceso a otra comida que no sea la de perro, puede que “por desesperación” acceda a comérsela, lo que puede acarrear graves consecuencias.

Diferencia entre comida de gato y de perro

El gato y el perro descienden de animales carnívoros: el gato salvaje y el lobo gris, respectivamente. A pesar de ello, los dos procesos de domesticación totalmente distintos de estas dos especies han hecho que el perro y el gato modernos hayan desarrollado claras diferencias desde el punto de vista nutricional. Mientras que al gato se le llama carnívoro estricto, al perro se le llama carnívoro oportunista (algunos incluso lo llaman omnívoro)

El hecho de que el gato se define como carnívoro estricto se refiere principalmente a ciertos requisitos nutricionales específicos de la especie. Veamos cuáles son:

  • Taurina: el gato, a diferencia del perro, tiene una necesidad muy elevada del aminoácido taurina. Este aminoácido, que se encuentra en grandes cantidades en la carne cruda, sobre todo de las pequeñas presas naturales del gato (como los ratones), no siempre se añade a los alimentos para perros, ya que se considera que no es esencial para esta especie (aunque recientemente se han planteado algunas dudas al respecto).
  • Ácido araquidónico: Para el perro, esta grasa no es esencial, es decir, puede producirla a partir de otras grasas similares. Para el gato, en cambio, el ácido araquidónico es un ácido graso esencial, que normalmente se encuentra en las paredes celulares de las células animales en grandes cantidades y que, por tanto, el gato no puede producir por sí mismo. Dado que el perro no tiene esta necesidad, es posible que no esté presente en cantidades adecuadas en un alimento destinado a esta especie.
  • Contenido en proteínas: dado que el perro resiste un contenido en proteínas animales inferior al del gato, la comida para perros puede contener menos cantidad que la mínima necesaria para que un gato viva.

Las graves consecuencias si tu gato come la comida del perro

Por todas las diferencias de la necesidad nutricional, pero también por otras “colaterales” como el contenido en fibra, por ejemplo, un gato que sólo coma pienso para perros podría sufrir carencias muy graves

De todas ellas, la deficiencia de taurina suele ser la primera en aparecer en términos de síntomas, pero desde luego no es la única. Al tener una sintomatología sutil y en la mayoría de los casos irreversible. Esta deficiencia conlleva a otras igual de graves como: falta de cobalamina, vitaminas y minerales que a su vez desencadenan sintomatología como vómitos y diarreas.

¿Qué  puedo hacer si mi gato ha comido las croquetas del perro?

No estamos hablando de un proceso que está relacionado con la toxicidad aguda. Por eso, si nuestro gato come de vez en cuando alguna croqueta del perro o le da un lametón a su cuenco, no pasa absolutamente nada. El problema empieza a ser grave cuando todos los días, tu gato se alimenta de la comida del perro.

Cómo evitar que el gato coma la comida del perro

  • Una solución muy sencilla y sin coste  podría ser colocar los cuencos en lugares específicos y comprobar que tu perro termina de comer. Si por alguna razón su perro está acostumbrado a tener siempre croquetas a su disposición, la motivación del gato para robarlas podría ser precisamente esa. Colocar un cuenco con comida seca para gatos siempre disponible, en un lugar elevado donde sólo su gato pueda acceder a él, debería resolver la situación.
  • Otro método sin coste para evitar que los dos animales se roben la comida es llenar el cuenco del gato a horas distintas de las del perro. Esto permite observar lo que ocurre e intervenir si es necesario. Es una solución útil para evitar que su gato se coma la comida del perro. Un punto importante a tener en cuenta también es que el gato y el perro deben aprender desde el principio a comer sólo la comida que hay dentro de su propio cuenco.
  • Otro método probado consiste en dar de comer al perro sólo durante un tiempo limitado de 15 minutos, tras el cual debe retirar el cuenco. Así, el perro aprenderá a terminar su ración de croquetas en un periodo de tiempo determinado. No lo recomendamos si su perro come demasiado deprisa, en cuyo caso le sugerimos que en su lugar adquiera un cuenco antiestres.
  • Una solución alternativa es utilizar un cuenco conectado a un lector de microchips. De este modo, sólo el animal con el microchip seleccionado puede activar la apertura de la tapa y permitir la comida. 

Que le puedes dar a tu gato si no tiene comida

Receta casera para gatos de todas las edades

Si tu gato es intolerante o alérgico a algún ingrediente, no lo pongas en la comida y cambialo por otro. Si tu gato no tiene más comida evita darle la comida del perro o latas de atún ya que estas deben ser utilizadas como premio. Esta es una simple y sana receta que puedes dar a tu gato de forma puntual si te has quedado sin su pienso.

Lo mejor es simplificar las cosas : una base de arroz integral o normal con una fuente de proteína y verduras.

  1. Hierve el arroz integral o normal en agua sin sal hasta que esté muy blando, se cuela y se deja enfriar. (Si tu gato es alérgico usa una par de patatas)
  2. Hervir unas pechugas de pollo deshuesadas y sin piel en agua sin sal. (Si tu gato es alérgico usa merluza o otros pescados blancos)
  3. Hierve un trozo de calabaza o zanahoria
  4. Enfría todo y añade un chorrito de aceite.

Aunque se podría preparar todo junto te aconsejamos hacerlo por separado para guiarte mejor en las cantidades que hay que ponerle a tu michi. Como va ser de forma puntual no te preocupes en equivocarte, a tu gato no le va a pasar nada. 

Te aconsejamos coger como referencia su cuenco y considerar el fondo de este como el 100%. Entonces, vamos a poner un 70 % de proteína (pollo o pescado), un 20% de carbohidratos (arroz o patatas) y un 10% de verduras.

¡Lee nuestro articulo sobre cómo preparar recetas casera para gatos desnutridos!

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